Sol y playa
Tumaco ofrece lo que más abunda en su territorio: playas. Aunque el centro puede parecer un tanto caótico, sus playas tienen un encanto especial. Aquí te recomendamos tres sitios imperdibles:
⦁ Playa del Morro
A solo 15 minutos del casco urbano, esta playa es hogar del icónico Quesillo, una peña rocosa que se ha convertido en símbolo de Tumaco. Aquí podrás nadar, disfrutar paseos en flotadores jalados por embarcaciones, alquilar una moto acuática, dar un paseo en bote, ejercitarte, bailar, probar bebidas típicas y deleitarte con platillos locales, además de bebidas nacionales e internacionales.
⦁ Playa del Bajito Sanador
Situada dentro de Tumaco, a pocos metros del inicio del puente del Morro (viaducto que conecta el casco urbano con las playas del Morro). En esta playa, podrás observar un fenómeno único: las dunas de arena que aparecen y desaparecen con las mareas, dejando al descubierto kilómetros de playa dos veces al día. El nivel del mar puede subir o bajar hasta cinco metros, brindando un espectáculo natural imperdible.
En el Bajito también encontrarás el monumento a un fraile agustino, Gerardo Larrondo. Según la historia, en 1906, durante un tsunami que amenazaba con arrasar Tumaco, este fraile salió a la playa y, con una hostia en alto, pidió al cielo que las aguas se calmaran. Milagrosamente, el mar retrocedió, salvando a la población. Este evento ha sido reconocido por la Iglesia Católica como un milagro eucarístico, único en Colombia.
• Playa de Bocagrande
“Noches de Bocagrande bajo la luna plateada, el mar bordando luceros en el filo de la playa”. Así describe la famosa canción Noches de Bocagrande, del compositor tumaqueño Faustino Arias Reinel, el encanto de esta playa.
Bocagrande es una isla encantadora a solo 20 minutos de Tumaco. El trayecto forma parte de la experiencia, ya que el camino a través de los esteros ofrece un paisaje único: túneles de manglares que se entrelazan en aguas salobres, creando un entorno mágico. Al final de los túneles, el sol radiante ilumina un muelle que te lleva a la isla.
En un lado de la isla, las aguas son tranquilas y de tonalidad verde, mientras que, en el otro, las olas golpean una playa de arenas claras. Las casas de colores vibrantes, el aroma a comida de mar, las gaviotas, los pelícanos y las palmas perfectamente alineadas te harán sentir que estás en un sueño.
Esta ruta es imperdible: una experiencia inolvidable en uno de los rincones más hermosos de Tumaco.